domingo, 13 de septiembre de 2020

Por encender un Niágara, del escritor uruguayo Carlos Wilson Rodriguez.


Carlos Wilson Rodriguez Ferreira Periodista, Asesor de programación Radial conductor de su programa de folclore latinoamericano desde hace 25 años, su programa se dedica a vivencias reales por gente real , poesías las que recibo de todas partes del mundo y difundo el folclore de gente no famosa para asi poder sumar a sus vidas el aliento, y la difusión de sus emprendimientos. 

Por encender un Niágara.
Era 1977 , no se que día de julio era pero hacia mucho frío, mis 16 años marcaban mis primeros pelos en la cara, mi barba rojiza, suave acompañando mi acné y algunas pecas,  ella tenia un año mas que yo, camino al liceo caminaba delante de mi con un tapado, rojo viejo, zuecos de corcho muy altos pantalón Oxford, y todo lo demás  ella, era un hippie, yo me acerque  y le pedí fuego, me dijo -Paz hermano, me rozo la mejilla con un beso, y paso su dedo índice por mi boca, era hermosa fui por fuego porque quería quemarme con sus ojos, pero parecía medio loca, rió libre mostrando su blanca dentadura, y aquellos labios rosa.

-quieres fuego guapo ¿Se aproximó despacio y rozando mi boca me dijo, -del corazón ¿ O del cuerpo?  en segundos me enciendo todo y me decido a besarla pone su dedo en mis labios, me dice ¡tranquilo Potro!*, ya encontré el encendedor,..encendí el Niagara* el largo cigarrillo mentolado que fumábamos todos por aquel tiempo.
-Espera! quiero el otro fuego, que me ofreciste, ya no quiero encender el cigarrillo, y…me dijo despacio, eso te costara caro, Potro*  decidido a lo que fuera, mientras ella sonreía, la abrace y forcé un beso en aquella boca hermosa de labios carnosos, tiernos, suaves,…y no hizo nada, solo me siguió el juego, y poseído por aquel fuego, importándome nada de mi alrededor escuche gritos, silbidos y aplausos de los chicos del liceo pero fue como poner mas leña al fuego,…la bese largamente; y nada me dijo después,..sonrió, paso su mano por mi escasa barba... a la noche hacíamos el amor, ardientemente, y luego fue, cada noche, en mi cuarto de soltero, entrando por la ventana a hurtadillas, porque mis viejos se pondrían complicados.
Vivimos la locura mas grande del mundo, sin prejuicios, locos los dos, cada día; en el liceo nos apartábamos de los demás para descaradamente comernos a besos, y  los chicos festejaban,.. un dia de esos pasados los dos de *Maruja* lo dijimos todo y se entero  el liceo, vivíamos aquello hermoso.., lo hacíamos mientras escuchábamos a los Beatles, después con los Rollins, después, con Bob Dylan, con Elvis Presley, y exhaustos, dormíamos hasta el amanecer, mi padre lo supo al poco tiempo, y me dio mil consejos, nos dejamos, nos juntamos, nos dejamos nos juntamos otra vez  y un día  nos casamos dentro de mi dormitorio de soltero, hace ya de esto, 40 años y aun vive a mi lado, pero sigue siendo aquella misma loca que conocí una vez, y cada mañana, despertamos juntos sonriendo y cada mañana, nos despierta Yesturday de los Beatles, y cada mañana la beso , como aquel día, y cada mañana reímos, de nada y por todo, le palmeo el trasero, y me dice, ¡tranquilo Potro!* te aprontare el café.
Loca! Ríe  la miro, sonrío,..mas loco yo que la hice mi mujer, la miro largamente,…
¡por Dios mujer ¡ quítate esos benditos zuecos!
 *Maruja, (un porro de Marihuana)

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