miércoles, 23 de diciembre de 2020

Tatuaje de la poetisa brasileña Jussara Nodari Lucena

 

Poetisa  Jussara Nodari Lucena

TATUAGEM

Maquiagem de penumbra

esta noite  nos teus olhos.

Olhos de luz apagada

e de olheiras tão profundas.

Nesta noite, noite obscura

de assassinato de estrelas

e de pálpebras inchadas.

 

Geladas rolam as lágrimas,

abrindo vales escuros,

banhando montes de pena

no teu rosto de Madona.

Pesadas, feitas de chumbo,

lágrimas que afogam gritos,

mascarando tua agonia.

 

Os teus lábios de vermelho 

com sua fúria ele pintou.

Vermelho gosto de sangue

Vermelho cor da loucura.

Triste noite, tão soturna

de flores apunhaladas,

tristes flores cor cereja.

 

A sua mão desenhou

com frieza e covardia

manchas azuis, violeta, 

na mansidão  da tua pele.

Tatuagens, luas negras,

que se apagam no teu corpo,

mas permanecem na alma.

 


TATUAJE

 

Maquillaje de penumbra

esta noche en tus ojos.

Ojos de luz apagada

y de ojeras tan profundas.

En esta noche, noche oscura

de asesinato de estrellas

y de párpados hinchados.

 

Frías deslizan las lágrimas

abriendo valles oscuros

bañando montes de penas

en tu rostro de Madonna.

Pesadas, hechas de plomo

lágrimas que ahogan gritos

disfrazando tu agonía.

 

Tus labios, de encarnado

con su furia el pintó.

Rojo sabor a sangre

rojo color locura.

Triste noche, tan soturna

de flores apuñaladas

de flores color cereza.

 

Y su mano dibujó

con frialdad y cobardía

manchas azules, violetas

en la suavidad de tu piel.

Tatuajes, lunas negras

que desaparecen en tu cuerpo

más permanecen en el alma.



sábado, 19 de diciembre de 2020

Mi luna de la poetisa uruguaya Norma Pascual.

 

Poetisa Norma Pascual

Mi luna

 

Mentiras que el hombre llegó a la luna

mentiras, a mi luna no,

la del burrito y el niño

a esa no, mi luna, la que se mece en el mar

flujo y reflujo, llevando y trayendo sueños. 

Mi luna, la que fecunda los campos

dándole vida a las plantas

mi luna, Selene la hermana de Helios

el ciclo vital completa.

Mi luna, la que anuncia las cosechas

A esa no!!!

Mi luna, la que conecta con mi corazón

Sincronía femenina.

Mi luna, el espejo de la noche

Con su fantasmal reflejo.

Mi luna, la que se pone tacos y baila

Hasta la llegada de Eos .

Mi luna, que a veces sangra

Y otra sonríe. 

Mi luna, la que se vuelve cuna

Para mecerme en las noches. 

Mi luna, que a veces se apaga

 para esconderme sus penas.

Mi luna llena 

marcando resurrección

a esa no, a esa el hombre nunca llegó. 

 

 

En tiempo de peste odiosa

 

Hoy encontré el abrazo

ahí   generoso y erguido  

con su piel rugosa y áspera

con su nobleza de años

¿Quién dijo que no lo abrace?

En su cálido seno cobija

como en un placentero hogar

en inviernos ateridos

o en calurosos veranos 

a un plantel de pájaros.

Alborotos de cotorras

ponen discordante nota

con sus nidos desprolijos.

En un amanecer apacible

los trinos y los silbidos

acompañan   la mañana

el olor a pino húmedo

y la resina pegada.

Cuando el   lánguido sol cae

con rubicundos colores

de otoños anaranjados

una armonía de flauta

invade el ambiente todo. 

En tiempo de peste odiosa

él se ofrece generoso

y me permite abrazarlo.

Cuando todo esto pase

Él seguirá calladamente erguido

Esperando que lo abrace.



domingo, 13 de diciembre de 2020

La rutina no es opción, del poeta argentino Juan Carlos Rodríguez

 


Juan Carlos Rodríguez

 

Periodista y escritor, nació en Junin y reside en Venado Tuerto (Santa Fe) Argena. Es Miembro Académico Internacional de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna. Es Miembro de la Asociación Popular Uruguaya de Cultura Nacional e Internacional y de la Asociación Uruguaya Literatura y Arte (AULHA). Fue designado Embajador de la Palabra en Argentina por la Fundación César E. Serrano de Madrid. Es Director Ejecutivo de la CONLEAM (Confederación Latinoamericana de Escritores, Artistas y Poetas del Mundo). Ha sido incluído en el Directorio Mundial de Literatura, Historia, Arte y Cultura, de México, por sus méritos en el ámbito literario y cultural. Formó parte de la Antología 100 Poetas por la Paz en 2017 y en 2018 y de la Antologia Voces del futuro por la paz (2020). Ha recibido los premios Hijo del Sol (otorgado por Ancestralia SL, San Lorenzo), Victoria Destaque (Uruguay), Cóndor Mendocino, Obelisco de Oro, Atrezzo Group, Gaviota de Plata, Award the Best y Arcángel San Gabriel. Es integrante del Consejo de Paz de la República Argentina. Ha publicado los libros Cenizas (con otros poetas venadenses), Gritar que tanto amor es posible, Desnudar tus mieles, Delinquir sobre tu vientre, Tarea Imposible, Narcisos en los labios y Pasión interrogada. También escribió un libro de revisionismo histórico, La mirada implacable del “Gato” Smith. Ha ganado varios  concursos en poesía y narrativa. Este año participó en varios encuentros virtuales en Argentina y otros países. Está incluido en varias antologías americanas. Participa del blog Mis Poetas Contemporáneos y forma parte del Movimiento Poetas del Mundo y de Cien Poetas por la Paz.

 


La rutina no es opción


Quizás no sepas

que puedo amar de maneras escabrosas

dramáticas e intensas.

No me gusta ese amor

por turnos,

ahora me toca a mí, ahora te toca a vos, 

ordenemos esta secuencia,

empecemos de nuevo

más prolijamente.

El aburrimiento,

el final pálido de la rutina,

no son opciones.

Ni rompernos como cáscaras

ni deshacernos como

cucharadas de humo.

Quiero quererte como se me antoja

no pedirte permiso

cabalgarte sobre una silla

dormirme sobre tu cuerpo

planear sobre tu entrepierna

lavar las sábanas para volverlas a ensuciar

y que las montañas se sacudan

a tu paso.

Entonces sí,

nos morderemos

en noches desangeladas.



Llamarte a cada rato


En estos días

sacudidos por desesperaciones,

impregnados de tormentas, 

de resignaciones varias,

siento que puedo acostarme a la vera

de tu frontera lateral

esa que linda con la cordillera

donde hay rocas y arenas,

la piel de tus playas

y el águila socavando a la ballena.

Los temblores no son del sismo

son del orgasmo que te interpela

en tanto yo, como siempre en otra cosa

después del clímax tomo ese tinto 

que me recuerda a bayas, y también a canela,

me acurruco en tu regazo indolente

y me quedo dormido

para poder escucharte entre sueños

mientras preparas las tostadas

las untas con tu miel

y vuelves a la cama, 

me retas por la copa derramada

y tu acento tiene sabor a revancha.

Siento que quererte es llamarte a cada rato

mientras comes semillas como los gorriones.

En ese mágico momento

me olvido de la revolución

y me rindo.




lunes, 7 de diciembre de 2020

Los recuerdos de la poetisa uruguaya Norma García Coirolo.

 



Norma García Coirolo

 

Nacida en Río Branco, Cerro Largo, Uruguay en 1947. Egresada de Escuela de Artes Aplicadas. Estudia guitarray canto. En 1987 cursa Dirección Coral con el Maestro Claudio Ribeiro en

el CEAP. De 1988 a 1994 cursa estudios de canto lírico en la Escuela Universitaria de Música. En 2004 cursa Canto Gregoriano con EnriqueMerello, e integra la Schola Cantorum de Montevideo. Poeta por vocación, escribe desde 1966, publica por primera vez en 2012. Realiza Talleres Literarios con Matías Mateus, escritor uruguayo, Premio Morosoli de Bronce, y con Rafael Courtoisie escritor, traductor, Profesoruniversitario y miembro de la Academia Nacional de Letras. Taller virtual con Jorge Milone, escritor argentino. Integra Antologías en Murcia, Alicante, Madrid, Guatemala, México, Chile, Uruguay, Argentina, Calcuta y Perú. Recibe Premios en certámenes de Barcelona, Murcia, España, Argentina y Uruguay. En 2012 Premio Accécit I Certamen Microrrelatos. Verso a Verso (Página Oficial de Poesía) de Barcelona, España. Finalista en el VI Certamen “Música Clásica y Poesía” 1ª edición. Primer Premio en el II Certamen Microrrelatos “Recuerdos”. Finalista en el VII Certamen “Impresiones en Haiku”. En 2013 Premio Popular en el V Certamen “Amor”.  En 2014 publica en la página Entre Vuelo y Versos de Guatemala, en tres.  Antologías Poéticas Virtuales.  2do. Lugar I Certamen de Poesía Romántica, “Mon Amour”. Primer Premio en I Certamen de Poesía Social Uni-Versos, “Unión de Versos por un Mundo Mejor”.2016 Honor al Mérito Literario por su obra, en Antología Poética Internacional. Mujeres y sus Plumas III. Hernandarias, Alto Paraná, Paraguay. 2017 1ª Mención Categoría Poesía, 1er. Certamen de Poesía y Narrativa. “Otoño”, Municipalidad de Recreo, Santa Fe, Argentina. 2017 Premio “Destaque Victoria”, Edición Internacional, Montevideo, Uruguay. 2018 Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra, Madrid, España,la  nombra  Embajador de Idioma Español para Uruguay. 2018 Premio “Estrella del Sur”, Edición Internacional,Montevideo, Uruguay.2018 Premio Internacional “Award the Best de Oro”, Montevideo,Uruguay. 2019 Premio “Estrella del Sur”, Edición Internacional,Montevideo, Uruguay.2019 Primer Premio Quinto Concurso de Versos Compartidos, Carta – “Si tuviéramos un mañana”  - Noviembre - Montevideo, Uruguay.2020 Placa en el Espacio Cultural del Artista en la Plaza de la Ciudad de La  Paz, Canelones, Uruguay.  Traducida al portugués, italiano e inglés.

 

                    Los recuerdos  

 

Los recuerdos se engarzan

en las crestas del día.

se parecen a cuentas

de un hermoso collar.

Los recuerdos vacilan

te atrapan, te golpean

te acunan en la noche

como las olas del mar.

Los recuerdos perduran,

las palabras resuenan

se sienten en los labios,

se instalan sin piedad.

Los recuerdos regresan,

se adueñan del presente,

te encuentran distraído,

te asaltan y se van.

Los recuerdos te llevan

de paseo al pasado,

te conmueven, te estrujan

te vacían el alma

no queda nada ya



El francotirador

 

El silencio se extiende

por la ciudad 

que parece dormida.

El sol brilla en las hojas

de los árboles quietos,

los pájaros no cantan,

no se mueve una hoja.

Los colores destacan

con sus luces y brillos.

las calles están calmas.

El tiempo está en suspenso,

parece detenido.

La plaza con sus juegos,

están quietos y fríos.

La gramilla y las flores

desbordan sus colores,

paleta de Monet,

las luces de Sorolla,

del jardín florecido,

parece una pintura,

retrato de este otoño

tan cálido y tranquilo.

El hechizo del cuento,

sobre el mundo ha caído,

duermen dentro sus casas

los hombres y los niños.

Las voces y las risas

ayer claras y diáfanas,

hoy día no se escuchan

apagaron sus trinos.

Los besos, los abrazos

esperan otros días

que devuelvan por fin

la  vida entre las manos.

La ciudad no se mueve,

no vibra no palpita, 

quedó todo en silencio,

la ciudad está vacía.

El francotirador

que llegó de improviso,

aguarda con su mira,

aquel que en su confianza,

camine distraído.                       







miércoles, 2 de diciembre de 2020

El Arca de Noé de la escritora uruguaya Zulma Mastroianni.

 

        

 Zulma  Mastroianni Fuentes 

Escritora uruguaya. Cuenta con más de 150 premios literarios, entre ellos  el premio  “SATO por el Rotary Club”. Premio Destacados Canarios” premios en Argentina, España y Australia. Siete libros editados en nuestro país, 3 en Colombia y 8 en Estados Unidos. Participó en varias antologías. Fue jurado en varios concursos literarios su libro infantil “La mariposa Julieta”  fue elegido por el MEC para  participar en el catálogo infantil bilingüe,  con la finalidad de ser presentado  en las ferias mundiales infantiles a raíz de eso fue contratada en Colombia y Estados Unidos para editar libros que están siendo vendidos en las escuelas  Organiza  desde hace 8 años el concurso “Armonía Somers dedicado ante todo  a los niños y para motivar la escritura recorre las escuelas leyendo a los alumnos.

 

                                                            El Arca de Noé

                                                      Cuento premiado en el concurso Serafín J García 2019

       Tantos días de lluvia y lluvia; será que tendremos que construir un arca.

Esta idea del arca la saque de un libro muy grande y con tantos dibujos de colores que tenía la tía Rosa. La embarcación la hizo con sus propias manos, un viejito de barba blanca que se llamaba Noé. Sí, está en ese libro, “La Biblia”; la tía siempre me lo leía, un libro muy interesante, que hablaba de este asunto del fin del mundo y del Arca de Noé, y todos los animales que metió en ella para salvarlos; era muy grande este barco. Igual, no creo que mi padre se anime a construir uno así, antes que el agua tape todos los campos.


      Sigue lloviendo y lloviendo y estoy segura, que se va a terminar el mundo. Eso dijo la tía Rosa antes de morir, y sí, en realidad a ella ya se le terminó el mundo, pobre tía, se murió “redepente” (no sé qué quiere decir) pero lo dijo papá cuando las vecinas vinieron al velorio. Qué largos son los velorios de los finados que mueren “redepente”; duró tres días, por las dudas que la tía reviviera; había que esperar por lo menos hasta que empezara a sentir un olor parecido a cuando murió el caballo del Felipe.

      Yo no quiero quedarme solterona como la tía, que nunca se casó, pero sabía mucho del amor, me dijo que si andaba con hombres tenía que lavarme con vinagre rapidito para no quedar en cinta o tomar un té de orégano …A la Cecilia yo la vi hacer “todo eso”, pero igual tuvo un gurí, se armó flor de trifulca, el viejo la echó a patadas.  La pobre no sabía de quién era el hijo; no sabía por quién decidirse, y sí tuvo varios novios a la vez, era media tarúpida… y sí, el hijo debe ser tarúpidito, “pobrecito”, pensar qué es mi sobrino (me agarraron ganas de conocerlo) La tía decía que la Cecilia era medio boba, pero… “bien despachadita”; la extraño, con ella podía hablar cosas de mujeres, con la tía también. Qué desilusionadora es la vida.

Ahora que murió la tía, ojalá que me toque de herencia el gran libro, total yo soy la única interesada en él.

      Sigue lloviendo, tengo frío, estoy amoratada; la finada tenía este mismo color cuando la encontraron, tengo miedo que me haya contagiado y me agarre esa “muerte rara” a mí también. Con tanta lluvia estoy toda mojada y no sé cómo volver a casa.

Si me bajo del árbol me ahogo ¿Será el fin del mundo?; y mamá me dijo que no me puedo mojar, porque me hice señorita, y además tengo que casarme   virgen…. no sé… será que me pongan un manto o algo así, la tía me iba a explicar… (lo de casarme virgen). 

Y se le antojó morirse, claro (para zafar el fin del mundo), pero el manto de la virgen es celeste y yo de luto, negro sería feo, muy feo.  La tía Rosa me dijo que mamá se casó con “premio” así que “ella no hable” dijo la tía, que por eso no tenían que echar a la Cecilia, (¿donde andará?).

Con esta lluvia si se termina el mundo, no la voy a ver más, me da tristeza la pobre, qué culpa tiene de ser tarada; yo voy a hacer lo que me dice el Felipe “a ver si sos más avispada y apretás las piernas”  

      Ahora estamos todas las mayorcitas vestidas de luto. Mis primas, las que siempre jugaban conmigo, ni se me acercan, porque tengo luto y ellas no; bueno, por ahí yo tuve la culpa, porque les cantaba: ¡tengo luto, tengo luto, yo soy grande! Bueno, soy señorita y ellas todavía no.

Mamá me hizo un corpiño cuando tuve mi primera regla; la tía Rosa me dijo que ahora debería cuidarme de los hombres para no quedar preñada como la Cecilia y como mi chancha, que quedó preñada con el chancho de Don Pascual. Seguramente serán lindos lechones, pero papá dijo “a no encariñarse”, son para vender y comprar una máquina de coser.

La tía me enseñó a coser y así puedo trabajar y hacerme el ajuar, eso si consigo un infeliz para casarme (dice el Felipe), porque después de lo que hizo mi hermana, nadie me va a querer; ¡y ahora vestida de negro! Estoy arrepentida de haberme puesto contenta con esto del luto y con esta porquería, que me viene todos los meses, que tiene mal olor, y ahora no me puedo bañar, ni comer sandía, ni batir mayonesa, ni hacer merengue, ni pasar por al lado de la huerta de melones porque se secan, y esto del luto tiene sus contras.

           En el galpón la peonada no tocaba la guitarra y tampoco podíamos reírnos; al Felipe le pusieron una cinta negra en el brazo y una corbata negra para ir a la escuela. Por suerte él, a la escuela, va solo de vez en cuando, porque tiene mucho trabajo; debe cuidar que las ovejas no se vayan a la cañada, porque las agarran los perros de Don Pascual.

Papá llevó la vaca y tuvo un ternero, llevó la chancha y quedó de cría, no sé, si las ovejas cruzan el alambrado, ¿Quedan preñadas o se las comen los perros?… ¿Será eso lo que le pasó a la Cecilia? ¿Habrá cruzado el alambrado de Don Pascual?

Pero el Felipe las cuida, es su trabajo “cuidar las ovejas” y como tiene que trabajar, y es tan despabilado no necesita ir a la escuela.



      Y sigue lloviendo, ¡mi madre! el agua se está llevando todo; pobre la Cecilia, ¿Tendrá dónde guarecerse con el gurí?; era linda la Cecilia, la tía dijo que “eso la perdió”.

¡Por suerte!, dijo Felipe, yo no corría ese peligro, que como soy tan fiera y tan chata, capaz que zafo, que el único que puede “caer” y hasta casarse, porque es medio zonzo es Ruperto; le dice “hola cuñado” cuando lo ve, el único.  No sé qué quiere decir con esto, pero el Felipe es muy sabio, no sé pa qué va a la escuela, va de gusto nomás; además él no quiere ir más, porque tiene bigotes y es más alto que la maestra.  Gracias a Dios, yo no tuve que ir a la escuela porque papá piensa, que las mujeres solo necesitan aprender a cocinar, ordeñar, lavar, coser, y ser obedientes con sus maridos, si no, se merecen unos buenos cachetazos; mamá se ve que a veces era desobediente.

El Ruperto no tiene cara de andar a los cachetazos; me mira con ojitos de cordero degollado

 (celeste los ojitos) y yo no le doy bola para hacerme la interesante, porque la tía decía que así se agarraban los maridos y por el estómago, con cosas ricas; y nada de dar pruebas de amor que “pájaro que comió voló”. El Ruperto no está nada mal, y se quiere casar, lo llama “cuñado” al Felipe, ahora que me ha dado por pensar (total no hay otra cosa que hacer) siento como mariposas un poco más abajo de la panza; por eso debe ser lo de apretar las piernas, capaz que por ahí se escapan…

          Sigue lloviendo; la cañada se desbordó y el agua se está llevando todo: la chancha, las ovejas. Yo de este árbol no me bajo.

           Pobre Felipe, cuando vea que se quedó sin ovejas… qué lo tiró, tengo frío y no veo a nadie. ¿Se irá a terminar el mundo? ¡Y si viene el viejo este del Arca de Noé, no me lleva porque cargaba solo parejas! Qué pena, me va a agarrar la “redepente” y voy a morir virgen como la tía; qué oportuna fue, se murió antes, para no pasar por esto tan horrible que es el fin del mundo.


        

      Por suerte allá está el Ruperto ¡y me saluda!… ¿Cómo hizo para trepar a ese árbol tan grande? No es tan zonzo como dice el Felipe, no es nada zonzo; más bien es como decía la tía (lástima que murió “redepente”) que sabía muchos misterios del amor…. era buen muchacho y bien despierto, y los ojitos…  

—Ruperto, Rupertooooo … Mira… El arco iris… 

Dozante Arromanzado.

El Dozante Arromanzado Presenta dos estrofas. La primera es de doce versos, con rima asonante en los versos pares, y los impares sueltos (ig...