María Eugenia López
Poetisa Nicaragüense
Besos Rosados
Prólogo por
Zully García desde Uruguay
En la poesía de Eugenia, encontraremos un lirismo marcado con imágenes conmovedoras plagado de metáforas. En la lírica hay tópicos que se reiteran, amor, odio, sufrimiento, traición, y muerte, un antes y un después, donde nada nunca volverá a ser igual. La poeta y ella, allí se confunden en una sola, transmitiéndonos sus emociones. Escribe para un “tú” en metáforas, que reflejan todo el dolor de su alma y sus letras se ven mojadas como el rocío de la mañana; heroica manera de llorar tiene la poetisa, que enaltece su dolor como las amazonas, luchando con el fuego desde sus entrañas. Se pregunta ¿Cómo puede ser feliz parafraseando versos ajenos? No es para ella su pregunta es para él, sin duda, pues no puede encontrar respuestas a tal retórica. Es como tratar de entender que “la casa celeste se la está haciendo a otra”, si es en su vientre que duerme el ser rosado. ¡Cómo no odiar el celeste! Si su niño siente y escucha su dolor en silencio. Y surge su grito atravesando impotencias,” Vasta de farsas, cuando la única triste soy yo” … “Por ti me he vuelto poeta” y por su niño se vuelve promesa de “besos rosados”. Y en tanto escribe, transmitiéndole fuerzas para que no perciba su angustia, mientras mece la cuna de sueños con la que ya lo espera. Ella vive un insomnio de horas oscuras contemplando” Aquellas estrellas de medianoche” mientras se pregunta, con el corazón henchido de nostalgias.
¿” Serán las
mismas que regalas a otra”?. En estos conceptos de poemas, la escritora espera
que le duelan a él, él es el destinatario, quien convirtió sus sueños en
pesadillas, quien le robó las luces del cielo que eran para ella, pues ella es
quien lleva en su ser al hijo. Siente que está encerrada en un hotel, ese hotel
que simboliza su vida la que se encuentra en una guerra. Mientras escribe
poemas breves, son todos ellos una herida letal, son como ese amor que la
esclaviza “Que se fue sin decir adiós” “Y la luna se asoma por el árbol de
roble como el primer beso” “el beso rosado que sabe a hijo” “Yo seré feliz un
día, tú, eternamente herido” Eugenia nació poetisa y su mejor obra hoy será su
hijo, pero la perseguirán las letras que esclavizan dulcemente a los poetas y
para su bien; ya nunca más la abandonaran
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